El concepto de cultura empresarial abierta

En esencia, la cultura abierta abarca los valores y los principios abiertos que representan y refuerzan la cultura de la empresa a través de los procesos, la comunicación, las estructuras e incluso las tecnologías.

En la actualidad, la mayoría de los líderes la aplican con una visión más jerárquica para llevar a cabo sus operaciones diarias. Sin embargo, al trabajar de esta manera, es posible que no puedan aprovechar las ventajas de los entornos que respaldan la cultura empresarial abierta, como la colaboración, la comunicación y las innovaciones. Adopte esta cultura basada en la transparencia, la inclusión y la adaptabilidad para impulsar las ideas nuevas en todos los niveles.

El concepto de cultura abierta también puede hacer referencia a un movimiento social y político más amplio que se basa en permitir el acceso a los bienes y los recursos culturales. Por ejemplo, quienes la promueven por lo general fomentan el uso de las licencias Creative Commons para facilitar el acceso a las obras creativas; la digitalización de los textos para que nuevas audiencias y personas con discapacidad visual puedan acceder a ellos; la financiación de instituciones que democratizan el acceso a los bienes culturales, como Internet Archive; y la aplicación de legislaciones que restrinjan las protecciones excesivas de los derechos de autor.

Algunos consideran que el open source (en especial, el código fuente al que se puede acceder) es una parte del movimiento más amplio de cultura abierta. Lo mismo ocurre cuando se aplica este enfoque en las empresas.

Si bien la cultura puede variar en función de la estructura, la misión y demás factores empresariales, los entornos abiertos comparten una característica: todos los miembros de la empresa, desde los líderes hasta los miembros de los equipos, adoptan sus valores y principios fundamentales. Esto posibilita la adopción de una cultura firme y ofrece una mejor experiencia a los empleados.

En un ambiente de trabajo abierto, los líderes de la empresa ponen en práctica la inclusión para abrir canales de comunicación entre los departamentos e impulsar la participación de los empleados; aceptan perspectivas diversas de todos los integrantes, desde el área de recursos humanos hasta el departamento de marketing; y cultivan un entorno en el que las ideas no solo se escuchan, sino que también se consideran con detenimiento. Demuestran comportamientos empresariales, como el trabajo en equipos interdisciplinarios, que permiten colaborar y compartir ideas, intercambiar comentarios entre los miembros y adaptarse a los cambios inevitables. Es habitual que se tomen riesgos, y la actitud de los empleados se centra en no tener miedo a cometer errores. En muchos sentidos, estos atributos vuelven ágiles a las empresas.

La cultura empresarial y el liderazgo abiertos también fomentan la creación de equipos y los debates dinámicos para desarrollar ideas y asumir desafíos. Los líderes dan el ejemplo con el objetivo de fortalecer las relaciones y establecer una comunidad más unida que se base en el trabajo en equipo y los valores comunes de la empresa.

Trabajar en un entorno que respalda este enfoque puede beneficiar a todos los empleados de una empresa. Ellos saben que los logros valen más que los títulos y que triunfan los mejores proyectos e ideas. En su trabajo, las decisiones se toman en conjunto, no de manera jerárquica.

Y si bien son responsables de sus acciones, tienen la libertad para gestionar sus propias condiciones de trabajo y elegir los proyectos que mejor se adapten a sus habilidades e intereses. Este equilibrio positivo en la cultura puede inspirarlos y capacitarlos para que hagan su mejor trabajo.

Si bien cultivar una cultura abierta puede resultar muy beneficioso, también sigue siendo un desafío para muchas empresas, en especial para aquellas que temen modificar su mentalidad actual. Esto se debe a que este aspecto se ve fuertemente influenciado por el comportamiento de la gerencia. Para que prospere, los líderes tendrán que replantearse algunos de sus hábitos o incluso cambiar los valores y la cultura del espacio de trabajo por completo.

Si quieren iniciar el cambio y comprometerse con el enfoque abierto, los gerentes deben eliminar las barreras de la comunicación, guiar en lugar de dar órdenes y cambiar sus actitudes sobre lo que significa ser líder. Deben dejar de tomar decisiones de forma jerárquica respecto de los objetivos empresariales y los resultados finales, y comenzar a compartir sus ideas y solicitar los aportes de todos los miembros.

Los líderes también deben tener una mentalidad abierta y ser transparentes para permitir el libre intercambio de información e ideas. Por último, tienen que ser capaces de cometer errores y hacerse cargo de ellos, de modo que los empleados se sientan seguros de hacer lo mismo.

Este tipo de cambio cultural en la empresa no se logra de la noche a la mañana. Se necesita tiempo para adaptarse a la nueva mentalidad y a los nuevos procesos. Hay muchas prácticas de gestión abierta que deben tenerse en cuenta, desde el diseño de un marco de decisiones abierto hasta el ajuste de las operaciones según sea necesario. Pero el cambio es posible.

Al adoptar los valores y los principios que representan la cultura empresarial abierta, los líderes pueden aprovechar mejor el conocimiento de sus asociados, dar lugar a formas nuevas y creativas de colaborar con los clientes y los proveedores, y lograr mejores resultados para todos.